Me encanta la Zona Colonial, sus calles guardan tantas historias personales como de nuestro ancestros. Disfruto recorrerla un viernes por la noche, sábado por la tarde o un domingo en mi bicicleta. Me gusta tanto La Zona que hasta me casé en bicicleta en plena plaza España el año pasado.
Como toda amante de algo, estoy siempre pendiente de los pasos del objeto de mi amor, así que desde cuando abrió Casa Olivier, puse ese nombre en mi laaaarga lista de lugares a visitar. Siempre me gustó su fachada y su interior y hace algunas semanas llegó a mi la agradable noticia de que por fin tacharía un nombre más de aquella lista. Doña Mariza Olivier había invitado a su casa, a su Casa Olivier.
Tengo que confesar que desde afuera me había formado una idea errada del lugar y que contrario a lo que pensaba el ambiente es acogedor, muy familiar y sencillo. Las atenciones fueron espectaculares, hasta pusieron mi logo en la pantalla para darme la bienvenida y me recibieron con un refrescante jugo natural de pina, limón y menta. Por cierto, les cuento que cae de maravilla para hacerle frente a esta verano que recién acaba de comenzar.
Su gastronomía se circunscribe a los adjetivos: criollo y simple. Cuando pregunté cuales eran las entradas más solicitadas me hablaron de bruschetta, camarones a la vinagreta, empanadas de bacalao… los interrumpí de inmediato para ordenar una, que por cierto, me la comí tan rápido que olvidé tomar la foto. Me pareció buena opción para compartir en las tardes junto a unas cervezas y a la luz del atardecer que se derrama a borbotones por todas sus puertas. Es tan poco usual encontrar empanaditas de bacalao que bien vale la pena venir solo por ellas.
Los platos más recomendados son las Costillas de cerdo oli oli al horno con miel de abeja. Una carne muy suave, poco condimentada y de abundante porción y aunque en esta descriptiva foto la ven con papas fritas, también sale con yuca encebollada en vino blanco, papas con cebollas caramelizadas, arroz blanco y habichuelas o fritos verdes y maduros. Me cuenta doña Mariza que su Casa Olivier ha tenido una gran aceptación entre los turistas que vacacionan o vienen a vivir durante unos meses porque sirven los platos sin preparaciones muy elaboradas y a ellos les gusta identificar los ingredientes del plato que se comen, esto les da confianza, afirma ella.
Otro plato criollísimo que gusta mucho y que a mi particularmente me pareció rico y novedoso en la combinación de ingredientes son las batatas salteadas en cebolla y jengibre; esta combinación le da un toque peculiar a nuestra familiar batata y puede pedirse como acompañamiento del Chivo deshuesado, otro de los más famosos de la Casa.
Doña Mariza se sienta un momento para comentarme sobre su Arroz con camarones criollos. Se trata de guisar unos camarones frescos en escabeche de laurel, cebolla, tomate y ajo hasta formar una salsa sabrosa para mezclar finalmente con el arroz, et voilá!, este es el resultado una especie de paella criolla en base a camarones.
Me sorprendió gratamente encontrar en La Zona un lugar donde encontrar comida criolla, de sabores simple y presentaciones sencillas y un agradable ambiente familiar y bohemio. Casa Olivier está en la calle Hostos #151, Esq. Arzobispo Portes.
Tip: El lugar para comer comida criolla más allá del sancoho y el mofongo.
Elaine Hernández Pión
Publicista especializada en comunicación de marcas para el sector gastronómico, hotelero y de alimentos y bebidas.
Casa Olivier, sencillamente criolla y familiar
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3 thoughts on “Casa Olivier, sencillamente criolla y familiar”
Podrías comentar referente a precios?, txs!
Con mucho gusto: los precios no son modestos, pero eso se explica en que va dirigido a un público extranjero en una zona turística.
El arroz con camarones RD$350, las costillas de cerdo RD$580, las empanadas RD$200 el servicio de tres. Me dejas saber qué tal fue tu experiencia y gracias por leernos. Te animo a que te suscribas para que recibas nuestras actualizaciones.
Un restaurante que me gusta mucho. MMMMMMM! El bar me encanta también!