Como cuando tu mejor amigo, que hace par de años se fue a vivir a Suiza, abre su maleta y pone en tus manos una auténtica tableta de chocolate suizo extra cremoso, así mismito he ido recibiendo razones para estar cada día más agradecida y enamorada de los pequeños momentos, tan pequeños como los cuadritos de esa tableta de chocolate suizo.
Cada cuadrito tiene un sabor especial, por eso lo voy comiendo despacito, para que no se termine el cuadrito con sabor a reconocimiento; o el que tiene sabor a sueños alcanzándose; el reconfortante cuadrito con sabor a familia unida; uhm me encanta el de sabor a complemento del corazón, que me deja los labios con huellas de chocolate que se borran con un beso; el cálido cuadrito con sabor a amistades que perduran; el cuadrito de la presencia divina con delicioso sabor celestial…y al final, tras cada cuadrito, muchas boronitas de felicidad.
A veces olvidamos que la felicidad son breves momentos, construidos de “sabores” simples que te hacen sonreír, que te sacuden la cotidianidad, que te hacen recostarte en tu sillón, los brazos detrás de la nuca, los ojos al techo, un suspiro y la certeza de que por unos instantes eres especial, no para alguien en particular, sino para “el Principito” que llevas dentro que con su bufanda al viento aún sigue repitiendo: “on ne voit bien qu’avec le coeur. L’essentiel est invisible pour les deux”.
Agradezco por cada “cuadrito de chocolate suizo extra cremoso” llegado a mi vida y pido poder degustar sabores desconocidos, aún por llegar, con el paladar preparado para el porvenir, los sentidos alertas y el corazón con “sus ojos” bien abiertos.
Tip: Disfruta cada “cuadrito de chocolate” que llegue a tu vida como si fuera el más chiquitito y sabroso del mundo, ah!, y no olvides lamerte los dedos.
2 thoughts on “Chocolate Suizo con sabor a amistad”
no solo sabes de comida sabrosa, también tienes sabiduría. me gusta mucho tu blog.
Gracias Noris por tu reconocimiento, es un halago. : )