No solemos asociar la tristeza a la gastronomía, nos resistimos incluso a asumirla como la parte social inevitable de todo velatorio. Sin embargo, quiero en este post, atar inseparablemente la gastronomía, en especial la mexicana, con el pesar que causa la pérdida del talentoso “cocinero” (como le gustaba auto-denominarse) Ruben Mota, chef y dueño, junto a David Taylor, del emblemático restaurant de comida mexicana, El Agave. Para todos los que le conocimos, creo que estaremos de acuerdo en que Ruben merece que se prepare en su memoria todo un ” banquete de méritos“.
Con Rubén conocí no solo los nuevos platos de temporada de El Agave, sino la tradición que había detrás de cada plato. La cocina mexicana es patrimonio intangible de la humanidad según la UNESCO y por ello cada plato tiene unas costumbres, una historia que enriquece lo que comes más allá de la acertada combinación de sus ingredientes. Recuerdo en particular la pintoresca historia de los huevos rancheros y los divorciados, platos de costumbres campesinas con un fuerte sentido de pertenencia y regionalismo.
Rubén hablaba con añoranza de esos platos que comía en su México natal y que en muchas ocasiones incorporó al menú de El Agave. Al hacerlo enumeraba sus ingredientes, describía cómo cada uno hacía un aporte especial en el resultado final. Era un apasionado de los ingredientes autóctonos de su tierra, tanto que había iniciado el cultivo organopónico de varios de ellos en el mismo techo de El Agave. Gracias a él aprendí a distinguir el aroma y sabor particular del epasote que solía usar en varios de sus platos.

Rubén fue sobretodo un amante de la vida. Contaba con brillo en los ojos, cómo disfrutaba de pasearse en los supermercados y descubrir productos exóticos. Era un creativo a tiempo completo, gracias a ello hoy podemos disfrutar de tres auténticas salsas mexicanas creadas por él, para el consumo del público en general.
Sin embargo, lo que más me marcó de tantas degustaciones, cenas y maridajes compartidas con Rubén, era el amor por su familia y cómo le cambiaba el rostro cuando hablaba de su pequeño hijo que ya seguía sus pasos en la cocina, le impresionaba la facilidad con que ya manejaba los cuchillos o las comandas del restaurant.
No solo hemos despedido un gran cocinero mexicano, sino a una incansable fuerza creativa y un ser humano henchido de pasión. Presentamos este banquete de méritos para Rubén y agradecemos a Dios el tiempo en que nos lo prestó. Descansa en Paz Rubén
9 thoughts on “Claveles para Rubén, y un banquete de méritos a su talento”
eccelente reportaje
excelente comentario
Gracias
Hemrosas palabras “Bocatips”.
Gracias, Rubén las merecía
Muy lindo Bocatips.
Hermoso. Paz a sus restos.
Una pena, ruben era una persona muy simpática y amable. Epd.
Así fue.