Recuerdo esos días de inicio de octubre en el alto Manhattan, fueron días luminosos. Salíamos a caminar con una agradable temperatura de 10 grados y un sol radiante. El elemento sorpresa era algo a lo que nos acostumbramos en cada visita de nuestro recorrido por las cocinas dominicanas de Manhattan. Siempre nos sacaban más platos de lo acordado, pero sobre todo nos sorprendían las historias detrás de esas recetas. No se trataba solo de comida, sino de, Dominican Gastro Tour, restaurantes dominicanos con historias familiares.

El desayuno no pudo ser en un lugar más emblemático para la comunidad dominicana, Dyckman Express. En el 101 de Dyckman St., el señor Cirilo Moronta, su propietario, nos recibe con una familiaridad propia de los dominicanos, pero no de aquellos que estás conociendo por primera vez, sino de aquellos que te tratan como amigos.
Desayunaríamos el popular desayuno dominicano los tres golpes que consiste en el famoso mangú dominicano, huevos fritos, salami y queso frito. Nos sorprendieron además con yuca y guineitos encebollados, huevos revueltos, longaniza y aguacate.
Restaurantes dominicanoscon historias familiares: los tres golpes
El fenómeno de llamarle al mangú los tres o cuatro golpes, es una denominación relativamente joven, menos de 15 años para ser más específica, que se emplea para referirse al mangú con más de una guarnición.
Es un término que cuya usanza se ubica en el Cibao del país y es muy probable que haya sido tomado de la popular forma de llamarle, en los tiempos de la tiranía de Trujillo, a la exigencia que hacía el gobierno de que cada hombre mayor de edad portara su cédula de identidad, el carnet del servicio militar obligatorio y la tarjeta del Partido Dominicano y a esto se le llamaba los “tres golpes”.
Otra de las evoluciones del mangú es que hace poco tiempo, tomando en cuenta que tenemos más de 200 años comiendo plátanos, que oficialmente forma parte de los desayunos dominicanos ya que el mangú solía comerse de cena y solo con una guarnición.
Según nuestras investigaciones, un fenómeno que influyó en incorporar el mangú en las mañanas fue el auge de los paradores que ofrecían desayunos, almuerzos y cenas en las carreteras, así como la migración cibaeña a la capital. Los cibaeños son recordados por su estilo según ellos de desayunar con “trozos” mientras los capitaleños lo hacían con pan.
Poner mangú en los resorts influyó también en popularizarlo internacionalmente como un desayuno dominicano.
El mangú que rompió récord mundial
El mangú de Cirilo Moronta es histórico, no solo por su sabor y cremosidad sino porque en febrero de 2017 se alzó con el “Récord Guinness del mangú más grande del mundo” con un peso de 645 libras aproximadamente.
Entre escuchar la historia de Cirilo Moronta sobre sus inicios en la restauración en los años 1996, y de cómo la comida dominicana ha ido construyendo un lugar sobresaliente en la ciudad del mundo, llegó el momento de iniciar nuestro recorrido hacia el Bronx
Dominican Gastro Tour, ¿Cómo armamos el Tour?
Señores, no crean que porque nos desayunamos mangú ya nos libramos del plátano. No, nuestro almuerzo ese día fue en Mofongo el mocano, en el 985 de la avenida Morris del Bronx.
A ver, déjenme explicarle algo respecto a la forma en que terminamos visitando cada restaurante.
Cuando armamos el Dominican Gastro Tour lo hicimos tocando las puertas de decenas de restaurantes de New York que se reconocen por su comida dominicana. Los que se interesaron en la propuesta se incluyeron en un listado de nueve restaurantes más un productor artesanal de chocolate. El orden de las visitas se coordinó según la cercanía entre uno y otro.
De esta forma, y no por elección de la comida es que terminamos almorzando…mofongo. Además los restaurantes tenían la libertad de atacarnos con su mejor arsenal
Me encantó el ambiente del restaurante. Bien ubicado, decorado de manera luminosa, costumbrista y casual. Cuando entras te encuentras con una gran imagen de la simbólica catedral mocana y aunque no seas de este municipio la verdad que ver una imagen tan vívida de tu país hace que se te asome un poquito de añoranza.
Si ya estás aquí tienes que comer su clásico y “peludo” mofongo. Único mofongo coronado por una gran cantidad de queso amarillo tipo Geo, y queso Mozzarella que semeja un volcán que ha hecho erupción y que en su falda reposan crujientes trocitos de tocineta. Como todo mofongo no puede faltar el caldito caliente que humecta esta mole de plátanos verdes fritos, chicharrones de cerdo y ajo.
Amor por el plátano
Una entrada que rompe lo tradicional son los “ChimiSliders”. Se trata de unos mini-sandwiches en los que el pan ha sido sustituido por un par de crocantes tostones que sostienen en su interior una pequeña porción de jugosa carne de res al grill, tomate, pepinillo y salsa chimichurri.
Este bocadillo busca rememorar al “Chimi” el famoso sándwich icono de los años 80 que puso de moda los carritos de comida, precursores de los hoy en día mejor reputados, Foodtrucks.
Siguiendo esta línea puedes pedir el Patacón. Otro sándwich a base de tostones y relleno de costillas de cerdo horneadas, lechuga romana, tomate, pepinillo y, “a modo de cherry”, sale coronado con una fina lasca de chicharrón.
Un plato que realmente me sorprendió fue el “Auyafongo”. Se trata de auyama rostizadas y majadas con ajo, como cualquier mofongo. Sirve como acompañante de un rollo de pollo relleno de Mozzarella, plátano maduro, tocineta y pimiento rostizado. De esos platos que combinan sabores que van a lo seguro, dulce, salado, muy cremoso y con un toque fresco de romero. Yo me quedo solo con el auyafongo pero el equipo técnico que me acompañó en este recorrido no dejó rastros del pollo.
En este tipo de recorridos donde cada anfitrión quiere agradarte con sus platos, es un desaire no hacerlo, aún estés lleno y creas que ya has comido suficiente mofongos. Así fue que terminé probando otro plato que ellos consideran un “must” el mofongo de camarones.
Este restaurante ha sido un reto de la familia Taveras quienes luego de llevar a Santo Domingo esta representación de la cocina mocana, decidieron extenderla a New York y allí están haciendo lo que les ha ganado fama nacional.
809 restaurante
Cirilo Moronta, el mismo que nos contara la increíble hazaña del mangú más grande de la historia, es además el propietario del 809 restaurante. Este restaurante, ha encabezado la cocina dominicana de vanguardia presentando platos creativos que mantienen la esencia de los ingredientes y sabores dominicanos pero con presentaciones novedosas. 809 demostró ser dentro del Dominican Gastro Tour, un restaurante dominicano con historias familiares.
Las croquetas de moro de gandules rellenas de cangrejo guisado y espolvoreadas con ralladura de coco horneado. Una forma innovadora de presentarnos ese plato tan representativo de la cocina del noreste del país donde los frutos del mar, y la leche del coco en las preparaciones la diferencia de las resto del país.
Otro entrante creativo fueron los tacos dominicanos. Pequeños yaniqueques doblados como si fueran tacos y rellenos de pescados, lechugas y trocitos de mango. Que forma tan coqueta de regresarnos por un momento a las playas de santo domingo, famosas por sus yaniqueques con pescado frito.
Cocina dominicana con historias familiares
No faltó el “Rabo encendio’ sobre puré de yautía blanca y unas croquetas de pimiento del piquillo muy crocantes por fuera y rellenas de queso crema que sorprenden porque se salen un poco de nuestros sabores y texturas.
El buque insignia del restaurante 809 es el clásico Mar y Tierra compuesto de un jugoso churrasco con salsa chimichurri y, adivinen que…!un mofongo de camarones!, si, en el segundo día seguimos con los mofongos. Recuerden que esta historia de apego a los mofongos inició en el post anterior.
Otros platos que los dominicanos que añoran sus raíces piden con frecuencia es el chivo guisado sobre una camino de trocitos de plátano maduro frito acompañado de un moro de habichuelas negras bien cargado y presentado en un calderito tradicional.
El pescado Boca Chica no podía quedar fuera de la selección de los platos más apreciados del restaurante. Pescado empanizado y frito, como solemos comerlo en las playas de Santo Domingo, con arroz blanco frito con calamares y camarones.
Los restaurantes del segundo día del Dominican Gastro Tour coincidieron en estar muy vinculados a lo familiar. Vimos cómo los negocios salen adelante porque generación tras generación siguen fieles a los valores que una vez sirvieron para el sustento básico. Hoy en día continúan poniendo en alto el orgullo de la cocina de sus raíces a través de platos innovadores, que buscan resaltar los aspectos llamativos de nuestra cocina.
Nos complace que el Dominican Gastro Tour haya resaltado los restaurantes dominicanos con historias familiares de éxito.