No hay forma de escribir este post: Els 4 gats sencillamente memorable, sin sentirme alada, sin sentir que formo parte de la adorable y más reciente creación de Woody Allen, Midnight in Paris.
Els 4 gats
Els 4 gats, es un restaurante que abrió sus puertas en 1897, eso ya muchos lo saben, y aunque mi velada fue suculenta gracias a su menú y las excelentes atenciones de todo su equipo, es su historia de fantasía, de pasado glorioso, la que exalta los sabores de cualquier pulpo a la gallega o Solomillo de ternera coronado con foie, a un nivel casi quimérico.
Tan pronto te asomas al umbral de Els 4 gats comienzas a alucinar, la callecita donde se encuentra enclavado el restaurante, su entorno y el edificio (diseñado por el arquitecto Puig i Cadafalch) mismo donde está el local, te hacen viajar en el tiempo; pero cenar en el mismo salón donde Picasso realizó su primera exposición de dibujos a los 17 años y ver algunos de ellos en las paredes, es sencillamente una experiencia “MasterCard”.
Picasso realizó también para el restaurante el cartel que se usa como portada del menú y del mural que da la bienvenida al bar.
Els 4 gats estaba condenado a ser parte del glorioso pasado artístico de Barcelona desde su concepción ya que su dueño, Romeu, trabajaba como animador y camarero en el memorable Cabaret parisino: Le chat noir y quiso crear algo parecido en Barcelona y según dicen, lo logró.

Lo que sí puedo asegurar es que sentarse allí con el piano en el escenario, tocando música de cabaret y los clásicos de jazz, el salón decorado con las lámparas y columnas de la época, un excelente vino tinto y como entrada cortesía de la casa: bacalao, puré de tomate y olivada negra ahogados en aceite de oliva, fue el mejor comienzo para una velada inolvidable.
De entrada
Ordenamos 2 platos, un clásico: Pulpo a la gallega sobre una camada de papas horneadas. El pulpo en su punto, sabor conservador, la porción: generosa para ser un platillo de entrada.
La segunda entrada
Empedrado de judías del Ganxet con bacalao y olivada negra. Es un plato a temperatura ambiente donde el bacalao suave y algo salado se complementa de maravilla con las judías, tomates y lechugas, dándole un toque frutal y jugoso a cada bocado. Lo prefiero al pulpo.
Mientras esperamos el plato principal, fantaseábamos con imaginar donde se habrían sentado Gaudí, Enric Granados o más recientemente, Robert de Niro…la música en vivo y el vino seguían haciendo lo suyo…hasta que llegó el protagonista de la noche:
Un Solomillo de ternera coronado con foie y chalotes en salsa de vino.
La carne la ordenamos término medio(como todo buen amante de las carnes) y pudimos apreciar el sabor genuino de este corte en todo su esplendor, sin embargo, nada volvió a ser como antes cuando probamos en el mismo bocado el matrimonio entre el solomillo y el foie, un verdadero manjar que te lleva a otra dimensión, y para traerte un poco de vuelta a esta, lo alternábamos con las chalotes en salsa de vino que con su dulzor preparaban el paladar para un nuevo bocado, y uno más, y otro más, hasta que…cu-cu!! sonó las 12 de la medianoche en el reloj de pared y se desvaneció el encanto.
Inolvidable velada, la mejor forma de decir adiós a la ciudad del Trencadís, los Gaudís, los Dalís, los Mirós… de calles convertidas en túneles del tiempo, cuna y guarida de tantos artistas. Hasta pronto Cataluña.
Tip: Se vale soñar y tener sus momentos de nostalgia histórica, sobre todo para embriagar los sentidos de gloria imperecedera.
2 thoughts on “Els 4 gats sencillamente memorable”
guao este post me dió ganas casi de llorar!! porque es el primero en el que siento que compartimos los mismos sentimientos, del lugar, de la comida y de como nos sentimos ese último día en Barcelona.
Que alegría haber sido parte de una experiencia “bocatips”!!
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