De paseo por La Rambla
El día precioso, La Rambla, como en sus mejores días, una amalgama de razas, colores, idiomas y mimos que buscan sorprender con su ingenio y allá…casi al final de la misma, cuando se alcanza a ver la estatua de Colón, encontramos a la izquierda la histórica Plaza Real con sus artísticas farolas diseñadas por Gaudí y muy probablemente se encuentre con una larga cola esperando plaza para comer en Les Quinze Nitz, restaurante de cocina tradicional catalana con toques modernos en los pocos platos que exhibe su menú, pero enfáticamente dije ¿Filas para almorzar en Les Quinze Nitz?
Afortunadamente, tan pronto llegamos a la plaza, alrededor de las 3:30 de la tarde de un sábado, encontramos una mesa disponible que justo acababa de marcharse.
Con una vista privilegiada de la acogedora plaza y una fresca brisa, abrimos el apetito con un servicio de Croquetas de pollo rostizado y una jarra de sangría, que en verano se convierte junto al Tinto de verano y a la Clarita en las bebidas más populares de toda España. Como habría de esperarse, en la patria de la croquetas, esta entrada fue una decisión muy acertada.
Principal
Decidimos compartir un clásico Fideuá con su respectivo Ali oli. Jugoso y de gusto moderado, ideal para acompañarlo con su ali oli que resaltó aún más todos los sabores. Hubiese preferido que tuviera más calamar, mejillones y almejas. Las porciones son justas y la relación calidad precio, es aceptable…aunque es de esperar que por su ubicación y la demanda del mismo los precios sean menos modestos.
Postre
Una clásica tarta de limón y un cortadito.
La comida y las vistas hacen la experiencia memorable aunque no pueda decir lo mismo del servicio.
Tip: No sólo de reputación y fama vive un restaurant.
1 thought on “¿Filas para almorzar en Les Quinze Nitz?”
El servicio es horrible. Pero como tu comentas la comida es buena, aunque definitivamente no creo que vuelva ni mucho menos que lo recomiende.