Hay gente que sueña con visitar París y hay gente, como Woody Allen, que quisiera quedarse atrapado en el glorioso pasado de la Belle Epoque de París.
Algo parecido me pasó la noche que visité el restaurante L’ entrecôt de Paris. La noche había comenzado con buen pie, yo diría en este caso que con buen paladar…mi amiga Jenny y yo acababamos de salir de una maravillosa cata de Scotch donde en unas pocas horas aprendimos a identificar a fuerza de olfato y paladar de qué zona geográfica de Escocia provenía cada Single Malt que degustamos, cuando al levantar la mirada… oh!, voila!, aquel local bañado de una seductora luz roja nos hizo un guiño.
No voy a decir que cenar aqui es como estar sentado en algún bar/restaurant de los que están en Montmartre pero sí debo confesar que me hizo querer regresar a esas noches de bares y gastronomía urbana de París.
El eslogan del restaurante dice que “el secreto está en la salsa”, yo digo que está en su iluminación. Tan pronto uno se acomoda en su sitio comienza a viajar en el tiempo; la luz roja marca el “mood” del momento y un recorrido visual por sus paredes descubre las obras pictóricas que más marcaron aquella época…
– Buenas noches señoritas. Y mis ojos se encuentran con una gran sonrisa.
De repente se interrumpe nuestro viaje en el tiempo para ser atendidas rápida y atentamente por un camarero que nos presenta de inmediato un curioso plato servido como cortesía de la casa. Su olor inunda la mesa, lo probamos, degustamos, nos miramos a los ojos interrogándonos en silencio hasta que el mozo, complacido ante nuestra incertidumbre responde:
-Es coco horneado con sal.
Sus dientes vuelven a aparecer, nos entrega el menú que corresponde a las noches y desaparece.
Una familiar y nostálgica nota de jazz tocado en vivo (si, tuvimos la suerte de que ese martes tenían jazz en vivo) raptó nuestra atención y volvimos a perdernos en cavilaciones del pasado que no vienen al caso mencionar. Escuchar las notas de La Vie en Rose, precisamente allí, con esa iluminación y con.. ah!, olvidaba mencionar: un dulce coctel cortesía de la casa, nos hizo sentir infiltradas en algún momento en el set de filmación de Midnight in Paris.
En un estado como este toma tiempo decidir qué ordenar, pero las recomendaciones de la dueña (a menos, eso nos pareció esta atenta dama de estilo europeo y bohemio) fueron más que acertadas, ideales:
Crab cake: Dos crocantes pasteles de masa de cangrejo sobre reducción de cítricos acompañados de ensalada de lechugas y tomates. Es una entrada que recomiendo 100 % por la relación tamaño/cantidad, por la excelente combinación de sabores: el peculiar sabor del cangrejo armoniza a la perfección con la reducción de cítricos (uno de los cítricos era mandarina) y la ensalada es el complemento adecuado tomando en cuenta que alternamos en el paladar la textura frita y caliente del crab cake, con lo fresco y templado de las lechugas y tomates que están aderezados a su vez con un aderezo distinto, y finalmente, lo recomiendo por su colorida y bien dispuesta presentación. Parece una obra digna de los controversiales “fauvistas” de la Belle Époque, regardez ici:
Aunque una de las recomendaciones de la casa para plato fuerte es L’ entrecôt classique, nosotras preferimos quedarnos con lo más básico y clásico de París:
Crêpe La Compléte: suculento crêpe relleno de tenderloin bañado en una de sus “secretas salsas” hechas a base de vino y gratinado con un queso robusto que no pude identificar. Es un plato ideal para aquellos que disfrutan de las buenas salsas y que gustan además de los carnes cargadas de sabor. La carne que conforma el relleno es suave, cocida a término medio y abundante, suficiente para quedar satisfecho si ordenó previo alguna entrada.
Para la hora del postre hubiésemos querido probar alguno de sus crêpes dulces pero no nos cupo ni la menor duda de que tendría que ser en una segunda visita. La casa recomienda además de sus crêpes de rigor, el Pudin con salsa de caramelo y brandy, el Jar Cheesecake y los Profiteroles.
La noche fue insuperable, la comida, el ambiente y la música todo perfectamente en armonía para vivir un momento de añoranza, para pensar en tiempos pasados de una época de gran euforia y optimismo…qué rico contar con un rinconsito para recordar y filosofar acompañado de buen vino y buena gastronomía.
Coordenadas: Manuel de Jesús Troncoso #24, Esq. Andrés julio Aybar, Piantini. Tel.: 809 334 6660
Tip: Disfruten su velada con la intensidad de los personajes de esta maravillosa película de Allen. Una frase para reflexionar y degustar: La edad es algo que no importa, a menos que seas un queso. Luis Buñuel en “Midnight in Paris”.
4 thoughts on “L’ entrecôt de Paris, un rincón de Santo Domingo atrapado en la Belle Époque”
Donde queda? L’ entrecôt de Paris?
Hola Claudia. Diculpa que no lo incluí en el post: Manuel de Jesús Troncoso #24, Esq. Andrés julio Aybar, Piantini. El mismo local del anterior HUE.
Buen provecho
jeje me encanto el tip! y el post como siempre. 🙂
Gracias Tipa!, tú sabes, que se hace el esfuerzo.. : )