Hay gente que sueña, y hay otros que dicen que no saben cuál es su sueño. También hay gente que sueña siempre, y lo dice a los cuatro vientos. Yo vivo en ese último grupo desde que tengo memoria. Este post es una introducción al artículo de periódico que ha salido publicado sobre el impacto de nuestro talleres de redacción gastronómica, y de cómo la escritura creativa ayuda a difundir la gastronomía del país.
Cuando ni siquiera imaginaba que escribiría anuncios para publicitarias, cuentos, blogs, o que impartiría talleres de escritura creativa que ayudan a difundir la gastronomía del país. Antes de crear eventos multisensoriales que involucrara la escritura creativa, yo ya soñaba con salir en el periódico gracias a algún proyecto que llevara a cabo. ¿Sobre qué sería ese proyecto?, no lo sabía. Yo solo decía que quería salir en el periódico.
No ha sido esta la primera vez que soy reseñada en el periódico, pero si ha sido esta la publicación que me recordó esa frase que acuñé el día de mi Cicloboda. Llegué pedaleando a la Plaza de España vestida de novia ciclista, y acompañada de 600 ciclistas que pedalearon junto a nosotros por toda la ciudad. Recuerdo que al subir a la tarima para agradecerles a todos, les dije:
“Se vale soñar en Dios”
La escritura creativa ayuda a difundir la gastronomía del país
Esta publicación del periódico El Día, a cargo de la periodista Lady Reyes, me ha hecho recordar que nunca podemos perder de vista nuestros sueños. No porque eso lo hayamos leído miles de veces en libros de superación personal. Sino porque es lo único que permanece intacto en nosotros a pesar de las circunstancias, los años, de nuestros cambios en los gustos, de los hijos que nazcan y los familiares que mueran.
“Nuestros sueños”, no son nuestros. La verdad es que Dios los puso allí, y hasta que no alcancemos nuestro propósito seguiremos anhelandolo, tal vez sin entender por qué.
Para leer el artículo del que hablo en el periódico El Día en linea, haz click aquí
¿Qué hacer cuando crees que has cumplido tu sueño?
A veces un sueño cumplido es la punta del Iceberg de tu propósito. Es solo la luz que se asoma de una puerta entreabierta. Es el boleto de abordaje del nuevo viaje que vas a emprender.
Porque repito, tu sueño no es tuyo, Dios lo puso allí, y como todo lo suyo es inmenso y sobrenatural. Nuestra mente limitada no puede abarcar las maravillas que nos aguardan cada vez que damos un paso y conquistamos un peldaño más.
Los sueños son como la energía, no se crean ni se destruyen, solo se transforman. Por eso es que nunca correrás el riesgo de cruzarte de brazos y preguntarte y ¿ahora qué?. Cuando crees que ya alcanzaste tu sueño, otro anhelo se descubre, otra capa de tu propósito de desvela.

Gracias a todas las personas que me han acompañado hasta etapa de mi sueño: mi esposo, mi primo Daguito, mi profesora del master en comunicación y periodismo gastronómico, Yanet Acosta, a mi último buen jefe, a todos por animarme, por creer, por pagar, por apoyar.
Seguiré soñando con metas difíciles de alcanzar y compartiendo porque ciertamente, hasta ahora, es lo que mejor se me da, jajaja. Por cierto, no dejen de leer este post sobre cómo ganarte la vida haciendo justo eso que te gusta y es lo que has soñado siempre:
Ganarte la vida haciendo lo que te apasiona
Les comparto este artículo, “La escritura creativa ayuda a difundir la gastronomía del país” del que he estado hablando desde el inicio de este post. Fue publicado en el periódico El Día y es acerca de cómo nuestros talleres de “Escritura creativa para Foodies” ayudan a difundir la gastronomía de nuestro país. Aqui debajo el link:
La escritura creativa ayuda a difundir la gastronomía del país
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