No hay nada como desayunar. Siempre que me preguntan cuál es tu comida favorita, sin duda alguna puedo responder, con el brillo en los ojos del eterno enamorado: el desayuno. Hoy te cuento cómo es empezar tu día con platos sabrosos donde el huevo es el rey. Y qué tal si además tiene el sabor inconfundible de México y mi amor matutino por los huevos.
La mañana, su iluminación y rica temperatura tienen un encanto especial que activa mis feromonas y me hace sentir ágil, lista para comerme el mundo, al menos desayunármelo. Así que mi cita para conocer los desayunos que ofrecen en El Agave de la la Av. Sarasota era para mi casi una cita amorosa. Mi sonrisa competía con la luz de sol, mientras caminaba hacia la fresca terraza donde tomaría el desayuno sentí que era una mujer muy afortunada y di gracias a Dios por amar tanto los placeres simples de la cotidianidad.
México y mi amor matutino por los huevos
Mi cita inició con un cortadito y seguido me presentaron la primera opción: Santa Fé skillet, un abundante plato de papas salteadas, huevos revueltos, chorizo y tanto queso gratinado que sobrepasa cualquier nivel de imaginación. Creo que la imagen que inicia este post apenas le hace justicia. Este plato le gusta mucho a mi esposo y a mi amiga Noelia, amantes de los sabores fuertes y créanme que el chorizo desempeña muy bien ese rol.
Realmente nunca he reflexionado mucho en el tema existencial de si el huevo fue primero que la gallina, pero lo cierto es que admiro la versatilidad de este humilde alimento que ha sido el sustento de ricos y pobres y que en México, solía ser el desayuno de los jornaleros que trabajan desde bien temprano en los ranchos.
Así les presento el segundo plato que probé: los famosos Huevos rancheros. Se trata de un par de huevos fritos colocados sobre tortilla blanda de maíz cubiertos con la salsa de tu elección, se acompañan con frijoles refritos y pico de gallo.
Ahora, si lo piden con salsa verde (un poco picante) en uno y roja en otro, entonces se convierten en Huevos divorciados. Este fue uno de mis favoritos, su sabor es mucho menos intenso que el plato anterior a pesar del picante. Es un sabor que no logras imaginar, visualmente no se corresponde con la impresión que se lleva el paladar al mezclar huevo, frijoles, pico de gallo y la salsa. Es muy agradable en textura y retador en el gusto. Para lo que les gusta desacostumbrar los sentidos, esta es su elección. Cuesta RD$165
¿Todos recuerdan las famosas Tortas de las que hablaba El Chavo del 8?, pues aqui las pueden encontrar, las hay de jamón y queso, jamón y huevo y esta de la fotografía de huevo, chorizo y aguacate. Mi preferida. Es un plato a mi entender para compartir, como Santa Fé Skillet, por sus dimensiones. Si deciden por este recomiendo que le pidan al chef un poco más de aguacate y menos huevo para equilibrar mejor el dulzor del aguacate y la sal del chorizo. Esta torta cuesta RD$220
Tengo que confesarles que cuando este plato llegó a la mesa no me impresionó tanto como cuando lo probé, me parece adecuado tanto como entrada o como cena. Son unos totopos, queso crema, crema agria, rica cebolla marinada, frijoles refritos y pollo; también se puede sustituir el pollo, adivinen por qué…, por huevo!!. Recomiendo que prueben esta versión de pollo, los totopos están suaves y calientos por una salsa roja y la cebolla le imprime un agridulce muy agradable. Los frijoles refritos y el queso crema hacen un balance en el paladar. Este plato cuesta RD$190 y a diferencia de los demás no es para compartir.
Tip: Después de una noche de San Valentín intensa, bien vale recobrar fuerzas con uno de estos desayunos. Buen provecho y feliz día.
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3 thoughts on “México y mi amor matutino por los huevos”
Los huevos rancheros se ven muy bien, muy a la mexicana! A los chilaquiles parece que les falta salsa, pero se ve que es un lugar que conoce la cocina mexicana de todos los días.
Gracias Maité por visitar el blog y comentar. Si, efectivamente el chef y toda su familia es mexicano y tiene algunos pocos años radicado aqui.
Vale la pena ir a probar, si lo haces me dejas saber.
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