Desde qué se hizo popular el boom de Nibirú sentía curiosidad de constatar los rumores de la majestuosidad del lugar y por supuesto, probar su oferta gastronómica y por fin se me dió.
El lugar es ciertamente despampanante en su tamaño, diversidad de ambientes y decoración. Hay para todos los gustos y ánimos: bar en el frente, salón privado junto a la cava del restaurant, patio destechado con jacuzzi y esas famosas mesas tipo cama, áreas para almuerzos ejecutivos, en fin, un restaurant digno de una excursión.

Su menú, sin embargo es básico en contraste con la imponencia del lugar: Se especializan en comida italiana y su menú incluye pizzas, pastas, ensaladas y cortes de carnes y pescados.

De sus platos de entrada les recomiendo la Mozzarella en carroza, una bola de queso Mozzarella rellena de trocitos de Prosciutto y pistacho sobre salsa de pesto y acompañada de tomates cherries. Es un plato caliente muy agradable al paladar, con el queso medianamente derretido. En mi mesa fue el más popular de las entradas que probamos.

Otra entrada suculenta es la Bruschetta di Filetto, es una especie de tapa, pero grande con tiras de filete de res y vegetales gratinados con mozzarella; sale acompañada con una pequeña ensalada de rúcula. Para los amigos de las ensaladas les recomiendo la de queso de cabra y pera. Una apuesta a lo seguro por su equilibrada combinación de lo salado y lo dulce.

De los fuertes les recomiendo el Short Rib estofado por cuatro horas, una carne muy tierna, se deshace en la boca y sale acompañado de una gran croqueta de yuca, que a mi en particular no me gustó mucho, sin embargo, pediría de nuevo el plato por la carne.
Una opción marina es el Tourbillon de salmón fresco con mousse de camarón, que además sale montado sobre un risotto en tinta de calamar. Una presentación creativa y pintoresca que hace una acertada combinación de ingredientes.

Para los que no les gusta arriesgarse siempre está el pollo, para ustedes está la clásica Parmigiana di pollo, pechuga de pollo empanizada, sobre salsa de pomodoro y posteriormente gratinada con mozzarella. Una porción abundante y bien jugosa para mi grata sorpresa y lo mejor, acompañada con unos vegetales al grill más jugosos aún. Una muy buena opción a ordenar.
De postre probé su Creme Brûlée y su Fondant de chocolate caliente con su respectiva bola de helado de vanilla, y aunque no soy muy amante del chocolate me quedo con este útlimo.
Nibirú está en la avenida Sarasota casi esquina Núñez de Cáceres. Es muy fácil de encontrar por su llamativa fachada. Que se diviertan y buen provecho.
Tip: Tomate un tiempo extra para que hagas la excursión por las diferentes áreas del restaurant