Hacia un buen “rato” que no visitaba Constanza, pedacito de otra tierra enclavado milagrosamente en nuestra Cordillera Central. Su encanto inicia en el ascenso de la serpenteante carretera que, entre cambio y cambio, nos mantiene sin aliento por lo pronunciada de sus curvas, sus camiones repletos de zanahoria, lechuga y papa, y de sus impresionantes paisajes dominados por pinares musicales. Creo que no es ninguna exageración el que muchos le llamen “la Suiza del Caribe”, para mí un pedacito de Suiza en República Dominicana
La verdad que no han cambiado mucho las calles aquel pueblo que comencé a visitar cuando apenas iniciaba mi adolescencia. Su clima, su paisaje, su gente y sus piezas abrigadas al vestir (y que nosotros en SD envidiamos) se empeñan en hacerte en sentir que es posible teletransportarse
Contrario a las hermosas fresas, mermeladas de fresa, flores y demás souvenirs a los que estamos acostumbrados de Constanza, lo que más me gusta es la forma genuina en la que se desayuna en los colmados. Leche de vaca en su bidón, un buen vaso de yogurt o boruga acompañado de cualquier masita o pan.
Un buen desayuno
Soy una foodie mañanera. A mi me conquistan con un desayuno caliente mientras se cuela el sol por las ventanas y mi esposo lo sabe. Así que esa última mañana en Constanza cruzó bien temprano a Pan y chocolate una panadería, sin muchos aspavientos en su fachada pero con una producción bien cuidada en cuanto terminación e higiene.
Una bollería fresca, sabrosa: turcos, croissants, alfajores. Para no quedarse “con las ganas” les recomiendo pasar temprano pues la bollería las producen diariamente. Lo que me faltó fue mi café con leche caliente así que emprendiendo la búsqueda del “el café con leche perdido” y brincando por todo el pueblo, fue que descubrí la faceta de “desayunador” de algunos colmados de Constanza.
Los hombres que van a la faena del campo, entran rápido, sobre el mostrador están los vasos de vidrios recién fregados. Unos piden café con leche, otros yogurt. Con su sus narices y mejillas tostadas por el “friito” y el sol, se amotinan y vocean frente al mostrador. A la “doña del yogurt” y la boruga la llaman por su nombre, y aunque los años le han doblado el lomo mantiene robusta su autoridad, despachando con premura cada trabajador. En su próxima visita a este pueblo, no olvide parar en un colmado a tomar auténtico yogurt.
Noches en Constanza
Generalmente las noches en Constanza se suelen pasar frente a una fogata, compartiendo tragos y canciones y haciendo cosas que rompen con la rutina de la casa como: buscar leña y sacar fuerzas para ensartar cerdos que serán el tema y la atracción de toda la noche. Pero si eres de cojer lucha, te recomiendo un lugar bohemio e icónico del pueblo: La esquina RD.
Sabemos que no es posible llegar a Santo Domingo sin un paquete de fresas en la mano, aunque aqui ya se consigan casi al mismo precio e igual de frescas. Sin embargo yo les sugiero que hagan de regreso una ruta divertida disfrutando de las fresas en mermeladas caseras recién hechas, En cada parada vas eligiendo una para cada persona especial en la que pensaste. Al entregar tu suculento souvenir, recuerda hacerlo con uno de los hermosos girasoles que también encuentras a lo largo de la carretera recordándote lo tan a gusto que se recibe el sol en Constanza.
Disfruta tu país con todos los sentidos.
Este artículo también lo puedes leer en la web de Shapeliferd. Medio con quien colaboramos creando contenido.